Los niños
desde la concepción y luego del nacimiento son sensitivos
a las respuestas emocionales de los padres — especialmente
cuando son recién nacidos.
A la edad de tres meses; los hijos de madres deprimidas,
sonríen menos, evitan las miradas de adultos, y parecen
estar más tristes cuando contemplan a la madre, que cuando
ésta se ausenta de la habitación donde
están.
El fallo en establecer un vínculo emocional con
la mamá puede tener efectos negativos en el futuro. Los
hijos de edad un poco más avanzada y los adolescentes
de padres que están crónicamente deprimidos,
manifiestan una tendencia exagerada hacia la hiperactividad y la
agresión; asimismo como hacia la depresión
y la ansiedad.
Los cambios endocrinológicos del parto y del
puerperio son responsables por estas complicaciones. Ya que las
mismas hormonas que
efectúan los cambios de temperamento están
asociadas con la menstruación normal; hecho que se
interpreta como un índice de correlación entre los
trastornos premenstruales y el desarrollo de
trastornos del puerperio en las mismas mujeres.
Para los seguidores de la Medicina
Darvinista, los desórdenes del pos-parto, son más
un producto de
nuestra civilización, la que impone la etiqueta de
"enfermedad" al embarazo,
abandonando la importancia paleolítica de los ritos de
transición.
La mujer, en el
África Oriental, que pare asistida por comadronas y en su
propio hábitat, parece sufrir de un número
menor de complicaciones durante el puerperio normal — Hay que
tener en cuenta el hecho de que la madre africana es más
delgada que la por nosotros conocida y que no engorda
después de dar a luz — factores
de mucha relevancia.
La depresión puerperal no es nueva en su
entendimiento. Hipócrates describió estos
fenómenos en su época, y estos también se
encuentran en casi todas las culturas. Por la misma razón
tenemos que concluir sobriamente, que lo poco que hoy
entendemos, aún no resuelve el
rompecabezas.
Un caso puede servir como ilustración de la depresión
psicótica del puerperio.
El caso de
Eulalia:
Con el nacimiento de su primer hijo; el embarazo de
Eulalia produjo la realización de dos promesas: el
nacimiento de un varón y el del primer nieto en una
familia muy
extensa.
A las tres semanas de dar a luz, Eulalia comenzó
a pasearse incesantemente en la casa, no dormía,
oía voces que le decían (unas veces) que su hijo
era un diablo y otras veces que era la encarnación de
Adolfo Hitler (no
diferencia, para algunos).
Temía por su vida y la de su vástago.
Lloraba incesante y desconsoladamente, porque creía que su
deber fuera matarlo. Como no durmiera, muy pronto esta mujer
exhausta y en un estado de
pánico
fue admitida para recibir tratamiento adecuado.
Recibió un curso breve de tratamientos de
electrochoques con remisión total y siendo capaz, en
años después, de tener otros hijos sin ninguna
complicación. Hoy sus nietos son todos adultos.
Consideraciones
De acuerdo a los investigadores de los países
escandinavos, el origen de las psicosis agudas y
floridas (Lenhardt), de comienzo súbitos son expresiones
de la conocida Psicosis Esquizo-freniforme, la cual es una
variedad exagerada (sintomáticamente) de los trastornos
afectivos y cuyo pronóstico es excelente. Como lo
demuestra el caso de Eulalia.
Tratamiento
Para el tratamiento de estas condiciones, dependiendo en
la severidad de las mismas; psicoterapia,
medicinas, soporte, educación y grupos de apoyo
mutuo —- métodos
que son todos efectivos, existen.
Un factor de alto riesgo
está representado por las víctimas de las
disorexias, como sigue:
- Las madres que siguen dietas restrictivas
rigurosas (las más comunes)
Permanecen en vigilancia constante acerca de mantener un
control exagerado
sobre lo que comen, lo que a menudo resulta en formas de desnutrición que le afectan a ella y a su
descendiente.
- Las madres que sufren de la anorexia
nervosa
Con sus disturbios en la imagen del cuerpo
y con su deseo obsesivo de nunca alcanzar su peso normal;
a menudo, no sólo no logran ganar el mínimo peso
requerido para mantener un embarazo normal, sino que algunas se
las manejan para lograr perder de peso. Véase el
caso descrito en Trastornos
Hipotalámicos.
- Las bulímicas
Con sus ciclos caóticos de purgas y de harturas
catastróficas, mantienen sus cuerpos en un estado de
equilibrio
electrolítico precario que les puede afectar a ellas, y
últimamente al producto de su gestación.
- Las que sufren de obesidad
Habiendo desafiado los designios de la naturaleza,
tienen el riesgo de complicaciones que les afectan a ellas
durante el embarazo (bebés, más pesados,
nacimientos más difíciles); durante el parto
(complicaciones adicionales, como puede ser la eclampsia) y en el
puerperio la obesidad
residual de ellas mismas y de su bebé.
La Naturaleza, no juega con sus designios… el ser
humano sí que lo hace, pero lo hace, a su propio
peligro…
Bibliografía
Se suministra por solicitud.
Dr. Félix E. F. Larocca
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